Victoria culé en El Molinón, no sin polémica, con un destello de Pedro. El líder puede ver cómo aumenta su renta al final de la jornada. Los culés fueron de más a menos en el partido. Durante la primera mitad dominaron a placer. Tras el descanso los asturianos tuvieron sus opciones.
El conjunto de Guardiola se presentaba en Gijón con la intención de conseguir los tres puntos, ampliar la racha de partidos invicto en Liga y, de paso, ampliar a ocho puntos la brecha con el Madrid y así meter presión a los blancos de cara a su partido en Riazor.
Comenzó el encuentro con un Barcelona encendido, moviendo el balón a su antojo hasta la frontal, tapando la salida de un Sporting que no hizo otra cosa sino correr tras el cuero durante toda la primera parte. Mediada ésta, Pedro, en presunto fuera de juego, aprovechando un envío largo de Iniesta controló el balón en la frontal, se adentró en el área y batió a Juan Pablo con un fuerte disparo al palo corto. A partir de este momento, con ventaja en el marcador, los culés no renunciaron al ataque y terminaron los primeros 45 minutos acorralando a los asturianos en su área.
El Barcelona se relaja en la segunda parte.
Tras la reanudación los visitantes salieron decididos a matar el partido. Ejercieron una fuerte presión sobre la línea de creación del Sporting y continuaron con el papel autoritario desarrollado durante la primera parte. Poco a poco el Barcelona, poco acertado en ataque, fue levantando el pie del acelerador y permitió respirar a un Sporting que, a través de jugadas rápidas a la contra, fue creyendo en sus opciones. Balones largos, jugadas a balón parado, incomodaron a los catalanes hasta la conclusión del partido.
Al final, victoria por la mínima de un Barcelona que, por juego y ocasiones, mereció mayores rentas ante un trabajado Sporting que, al menos, obtuvo un digno resultado.
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